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SEXO

Publicado 4 octubre, 2017

El sexo en la ducha y sus peligros

Foto tomada de internet

Vale la pena decirlo una y otra vez: solo porque sea vea bien en las películas no significa que vaya a ser bueno en la vida real.

Una de las fantasías de presencia recurrente en filmes románticos, eróticos, y otros menos santos, es la del sexo en la ducha, probablemente una de las más sobrevalorados en el amplio grupo de sueños sensuales cuyo color no es tan rosado en la realidad.

No solo incómoda, sino también llena de una serie de peligros que pasamos por alto cuando nos dejamos llevar por la emoción del momento, más allá de que siempre tengamos presente una posible y aparatosa caída. Pero no es suficiente con decirlo ¿verdad? Veamos cinco razones, según la revista Cosmopolitan, por las cuales el sexo en la ducha no es una idea tan buena, dulce y refrescante como suena.

• Embarazo:

No debería estar en el primer lugar de la lista, pero para hacer el servicio público, es necesario hacer el recordatorio, para las personas que todavía no se han enterado: los espermatozoides NO mueren si haces el número en el agua. No es sino recordar que los pequeños llegan al útero, precisamente, nadando.

• El agua no es un lubricante:

Es un líquido que da vida, sí, pero para lubricar hay otras opciones menos problemáticas. De hecho, el agua no solo no tiene esa función, sino que además te irritará. También te resecará, por cierto, y ni hablar si se te ocurre agregarle jabón al experimento: lo único que te espera es una cita segura con el ginecólogo. Nada de placer.

• Se pueden hacer daño:

Las diferencias de tamaño pueden sopesarse en la cama, adquiriendo distintas posiciones en el acto que respeten los centímetros de estatura que los separen. Pero hacerlo en la ducha cuando estas cifras pueden llegar hasta los 30, requiere de una flexibilidad que casi nadie tiene el lujo de disponer. Y, por cierto, las posiciones extrañas y creativas pueden llevar a tu pareja a sufrir el peor de los horrores: fractura de pene. A Dennis Rodman, por ejemplo, le ha pasado tres veces.

• En el agua también viven las ETS

Esperemos que nadie considere el agua tan pura y limpia, como para que pueda prevenir una enfermedad de transmisión sexual. El precioso líquido también es un medio por el cual se mueven estas incómodas amenazas. De hecho, algunas enfermedades se benefician de los entornos húmedos para acrecentar la rapidez de su transmisión.

 

• Los preservativos no son tan eficaces

Siempre va a ser mejor hacerlo con preservativo, si se trata de evitar enfermedades o embarazos no deseados. Sin embargo, el muy exitoso protector, no lo es tanto cuando tiene que enfrentarse a deslizamientos, y la posibilidad de salirse por la humedad. Mejor con el condón, sí, pero mucho mejor si es fuera del agua.

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