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En 1997, la foto de una mujer embarazada con una barriga inmensa aparecía en todos los medios del país, pero nadie se esperaría que esta estuviera llena de trapos.

Liliana Cáceres no quería perder a su novio de entonces, Alejandro Ferrans Altahona, después de enterarse de un rumor que aseguraba que él le “estaba poniendo los cachos”. En una jugada desesperada para retenerlo se le ocurrió decir que estaba embarazada y ahí empezó todo.

Sin saber lo mucho que podría crecer una verdadera barriga de embarazada, Liliana comenzó a meter pequeños trapos a un traje de baño enterizo que nunca se quitaba. Este creció descomunalmente y pronto llamo la atención de los vecinos, ciudadanos y todo el país.

Octillizos o séxtuples, decían que Liliana tenía en su barriga. Ella no se dejaba tocar por nadie, ni siquiera por Alejandro o los doctores. Colombia estaba anonada y la presión de la gente por saber quién era ella y que había en su panza comenzaba a crecer.

Eventualmente la noticia explotó y alguien se dio cuenta de que los supuestos fetos, no eran más que trapos. La mentira que envolvió a Colombia, ha sido una de las historias más macondianas de nuestra realidad.

Tan macondiana, que el mismo Gabriel García Márquez invitó a Liliana, años después, a un taller de periodismo que realizó, para que ella contará su historia.

Hoy en día es madre de verdad y después de haber pasado por una depresión y la vergüenza que sintió al haber engañado a todo un país, se ríe de lo sucedido.