Preocupación crece por la salud del rey Carlos III: “Hago todo lo que puedo”
Un verano inusual marca la estancia de la familia real británica en Balmoral. El rey Carlos III llegó al emblemático refugio estival acompañado por la guardia de honor de la Compañía Balaklava, del 5.º Batallón del Regimiento Real de Escocia, saludado por lugareños y en medio de una atmósfera de creciente inquietud sobre su delicado estado de salud
El monarca, de 76 años y en tratamiento desde febrero de 2024 tras ser diagnosticado con cáncer, apareció recientemente apoyado en un bastón durante un paseo en su domicilio de Norfolk, donde, con voz entrecortada, afirmó: “Hago todo lo que puedo”. Esta frase se convirtió rápidamente en un símbolo de la lucha que algunos medios británicos describen como una «batalla perdida», aunque sin fuentes oficiales que confirmen el curso de su enfermedad.
Foto: Max Mumby/Indigo
Según medios de comunicación británicos, el rey enfrenta un deterioro notable: envejecido, frágil, apoyado en un bastón y recurriendo incluso al whisky para mitigar el dolor y la angustia emocional. Se dice que muestra una valentía estoica, ocultando tras su compostura pública una realidad más sombría. Asimismo, se ha viralizado la información de que Carlos mantiene un pequeño cultivo de cannabis con fines paliativos, aunque no hay confirmación oficial al respecto.
A pesar de estas dificultades, el palacio continúa con su habitual discreción: ni desmiente ni corrobora los rumores sobre el avance del cáncer, y tampoco ha informado si la enfermedad está en remisión, como sí ocurrió con la princesa de Gales en 2024.
Este silencio oficial contrasta con las reflexiones públicas que el propio rey ha compartido, sobre todo en actos recientes
Durante una recepción con organizaciones de apoyo a pacientes oncológicos en abril, Carlos describió la experiencia del cáncer como “abrumadora y a veces aterradora”, pero al mismo tiempo resaltó cómo esta vivencia revela «lo mejor de la humanidad».
En otra ocasión, tras una breve hospitalización por efectos adversos del tratamiento, apareció en público mostrándose estable, aunque con una agenda ligeramente reducida.
En suma, mientras el rey continúa cumpliendo —aunque con menor intensidad— sus obligaciones reales, la incertidumbre y la preocupación por su salud persisten, alimentadas por imágenes cargadas de simbolismo y declaraciones que reflejan tanto valentía como fragilidad.