Conversamos con Nátali Navarro, guía espiritual y coach energético con más de 20 años de experiencia estudiando energética con maestros alrededor del mundo, y creadora del Método Alteza, un programa de certificación para coach energético que reúne poderosas técnicas meditativas y energéticas para elevar la vibración, sanar bloqueos, miedos y traumas y vivir la vida en su más poderosa expresión.
Resolveremos dudas sobre el programa, el cuál estrenó recientemente su séptima versión y que ahora cuenta con el aval internacional por la OCC (Organismo Internacional Certificador de Coaches).
Al final de la entrevista, conoceremos la historia de transformación de la propia Nátali.
¿Cómo comenzaste en este camino espiritual? ¿Quiénes fueron tus guías?
Tuve la fortuna de tener una mamá muy buscadora de las verdades espirituales. Desde muy pequeña me enseñó esa conexión con Dios y cómo Él estaba en todo lo que existe, diciéndome que me ama.
¿Qué has aprendido en estos 20 años de experiencia?
Aprendí que el trabajo espiritual es aprender a llevar la vida con sabiduría, y obtener resultados de armonía, abundancia y fluidez. Un Maestro espiritual, lo puedes reconocer por sus frutos de vida: “Por sus frutos los conoceréis”, como decía Jesús. Los frutos de abundancia, relaciones armoniosas, salud y paz interior.
¿Qué te llevó a querer compartir tus conocimientos con los demás?
Nunca esperé que la vida pusiera a ofrecer esta información y herramientas a los demás. Todo lo que estudié y lo que hice, lo hice para mí, para sanarme yo y crecer yo. Todo sucedió muy orgánicamente.
Cuando las personas cercanas comenzaron a fijarse en mis resultados de vida, empezaron a preguntarme cómo lo había hecho, sobre todo, los que habían conocido mis retos y dificultades. Así que comencé a enseñar a otros las herramientas para crear una vida desde la sabiduría espiritual.
¿Qué es el Método Alteza?
Después de atender a muchas personas, con la experiencia comencé a notar un hilo conductor: la secuencia y la manera en que yo había adaptado las herramientas que había estudiado por tantos años, y cómo las estaba usando para ayudar a otros a sanar sus emociones y creencias limitantes.
Así fue que nació el Método Alteza. Es una metodología de Coaching Energético desarrollada por mí, con la cual puedes ayudar a las personas a sanar sus emociones desde su raíz energética. Es decir, puedes hacerlo de manera inusualmente rápida. Y también puedes ayudar a las personas a desconectar patrones de pensamientos que las limitan o llevan al sufrimiento, y ayudarles a generar patrones de pensamiento que les dejen paz o con la confianza para tomar acción y hacer las cosas que quieren hacer en su vida.
¿Qué van a encontrar allí quienes quieran certificarse como coach energético?
Van a encontrar herramientas de última tecnología en el trabajo energético para sanar estados emocionales densos y para reprogramar patrones de pensamiento negativos.
¿Para quiénes está dirigido el entrenamiento?
Las personas que toman el entrenamiento generalmente se dividen en tres tipos. Primero, las personas que quieren utilizar las herramientas para trabajar en sí mismos y liberarse de tristezas, miedos, ansiedad, rabia, fobias y preocupaciones, entre otras cosas. Segundo, aquellas personas que quieren ayudar a un ser querido, por ejemplo, mamás que quieren ayudar a sus hijos con situaciones como el bullying. Y finalmente, personas que ya se dedican o quieren dedicarse a atender personas con esta terapia, coaches, psicólogos, terapeutas holísticos, que quieren adquirir una herramienta que maximice y acelere los resultados de sus pacientes o clientes.
¿Se debe tener algún conocimiento previo para realizarlo?
No, desde la energía todo es sencillo. Son herramientas que incluso un niño podría aprender.
¿Cómo se desarrollan las clases en sí?
Son clases pregrabadas, seguidas por reuniones de preguntas y respuestas. No sólo durante el transcurso de la certificación, sino que también mensualmente, los coaches alteza nos reunimos en una llamada de preguntas y respuestas, para continuar aprendiendo.
Si una persona quiere hacer el programa para su sanación personal, y posteriormente ayudar a otros con las herramientas que ha aprendido con el Método Alteza, ¿cómo sabe cuándo está lista para hacerlo, como coach?
Yo siempre digo que nuestros retos, aquello que tuvimos que sanar o trascender nosotros mismos, se convierte en nuestra misión. Pero también es importante recordar que no tenemos que ser perfectos para ayudar a otros.
¿Por qué es importante el aval internacional que tiene el Método Alteza?
Si, es muy emocionante que el Método Alteza cuente ya con un aval internacional. Esto quiere decir que quien se certifica como Coach Energético en el Método Alteza, obtiene ante la OCC (Organismo Internacional Certificador de Coaches) su carnet internacional que lo acredita como técnico en Coaching, ahí su importancia.
¿Por qué el Método Alteza es la mejor opción para quienes quieren ser coach energético?
Es un sistema único que mezcla la sabiduría espiritual milenaria con tecnología de punta en cuanto al trabajo energético. Es una combinación muy poderosa que genera resultados rápidos y contundentes en las personas, quienes, generalmente, notan una gran diferencia desde la primera sesión.
Hola, mi nombre es Natali Navarro Alarcón. Mi ocupación actual consiste en ayudar a otras personas a alcanzar la Maestría Espiritual sobre su vida y así poder elevarse por encima de la Cultura del Caos Colectivo. Enseño a otros a diseñar y vivir una vida fluida, liviana, feliz y sabia. Además, soy esposa feliz y mamá de tres hijos hermosos.
Mi vida ha llegado a ser una experiencia feliz, balanceada y amorosa, pero no siempre fue así.
Los años de mi niñez fueron muy felices, amorosos y muy privilegiados. Tuve todo lo material que pudiera desear, y más. Tuve una niñez de lujos y hasta excesos, tenía personas que hacían todo por mí; también tuve padres que me dieron todo su amor. Siento que tuve tanto en mi vida, que nunca tuve que pedir nada, nunca tuve que encontrar mi voz ni fortalecerme para lograr nada. Esto generó en mí una extrema timidez e inseguridad; yo encerrada en mí misma y en mi palacio, nunca tuve que enfrentar ningún reto.
Pero recuerdo, incluso desde que era muy niña, una fuerte conexión y ansia espiritual que generaba inquietudes en mí, llevándome incluso a buscar algo más allá de la vida privilegiada que vivía, y la vida me tendría una que otra sorpresita más adelante.
El hecho que mi mamá fuera una ávida buscadora espiritual, y mi padre un exitoso empresario, hizo que el matrimonio entre ellos terminara (de una manera explosiva y no muy agradable) cuando yo tenía 13 o 14 años. Fue un divorcio muy complicado y de un momento a otro pase de ser esa niña privilegiada que nunca tuvo que pedir nada, a tener justo lo necesario para vivir. Nos fuimos a vivir con mi hermana y mi mamá en un apartamento pequeñito y sencillo.
Antes, nunca había tenido que usar mi voz; ¡ahora necesitaba sacar fuerzas dentro de mí misma, encontrar mi verdad y esforzarme por lograr y adquirir las cosas que quería y necesitaba para mi vida! ¡Que bendición escondida!
Claramente, no me parecía una bendición en ese momento, pues fue una época muy oscura, depresiva, llena de inseguridades y totalmente paralizante, más aún cuando la gente alrededor tuyo te refuerza la sensación de víctima y falta de poder. Pasaba el tiempo y, fácilmente, podía pasar meses encerrada en mi cuarto sin hablar con nadie. Me costaba trabajo relacionarme. Pensar en trabajar, ni hablar. Sentía que todo el mundo podía hacer las cosas mejor que yo y esto me ponía muy nerviosa, me paralizaba. Mi estado de ánimo no me permitía moverme y mi sensación de valor propio me mantenía en un constante autosaboteo.
Afortunadamente, cuando dejamos de estar distraídos por todas las cosas materiales externas que tenemos, nos vemos forzados a mirar hacia adentro de nosotros mismos y encontrar lo eterno, lo inmutable e inagotable en nosotros. Y poco a poco comencé a buscar por mis propios medios dentro de mí misma, y no con la validación externa. Comencé a dar pequeños pasos para quitarme ese yeso que no me dejaba moverme y a tomar pequeñas acciones en la vida.
Han pasado muchos años ya y hace mucho tiempo que decidí embarcarme en esta frenética e insaciable aventura espiritual en búsqueda de mi verdad interior. Me transformé a mí misma, me empoderé y trascendí mis circunstancias. He aprendido de muchos maestros maravillosos, la primera y más importante, mi mamá; ella sigue siendo uno de mis referentes más importantes.
Fue todo un aprendizaje, por ejemplo, el volver a sentirme segura permitiendo que la abundancia volviera a entrar a mi vida. No quería ni acercarme a ella, me daba miedo, y no sentía que la merecía, porque mi percepción era que yo no sabía hacer nada.
Y, ¿adivinen qué?: ¡esa luz que estaba cultivando dentro de mí se empezó a notar! Las personas alrededor mío comenzaron a preguntarse cómo esa niña callada, insegura y pasiva se convirtió en esa mujer segura, plena, feliz, radiante y exitosa, atreviéndose a brillar y cantando la canción de su alma. La gente comenzó a escuchar mi canción, mi verdad.
Estoy convencida que esa luz proviene de algo mucho más grande que mi misma. Siento que todo esto ya había sido orquestado, incluso antes de mi nacimiento: encontrar mi voz y mi luz, para poder ayudar a otros a hacer lo mismo.
Definitivamente soy y seré siempre una buscadora espiritual. Mi sed va en aumento y no he parado en ningún momento. Cada día estudio información para mejorarme, transformar mi vida y brillar. Cada vez busco ser un canal más perfecto y puro para que Dios pueda expresarse a través de mí.
Es difícil para mí ignorar el propósito de vida que siento en mi corazón. Es más grande que yo, me atraviesa y se dirige hacia afuera, hacia aquellos a quienes vine a servir. Estoy segura que así debía ser.
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