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Publicado 26 diciembre, 2018
El exalcalde local de Riomar y exitoso empresario de la industria gastronómica local demostró desde muy joven un interés genuino por llevar a cabo cambios que impacten positivamente a la sociedad. Y aunque desde el escenario privado lo ha hecho siempre, hoy a sus 38 años sigue buscando nuevas y mejores maneras de hacer la diferencia.
Con una trayectoria profesional destacada, Mauricio es parte de esa generación que se quedó en Barranquilla para hacer empresa y de esa manera contribuir con el desarrollo económico de la ciudad. Conserva una profunda conciencia social, por lo que se le ha visto siempre en actos de beneficencia, haciendo recolectas de juguetes para los niños o llevando a cabo jornadas de limpieza en playas y áreas naturales.
“Yo no me detengo –dice–. Siempre hay una manera de ayudar, de hacer algo por otros, sea cual sea el escenario en el que nos desempeñemos. La posibilidad de hacer la diferencia en la vida de alguien más, existe”.
Inquieto y solucionador de problemas por naturaleza, Mauricio se ha caracterizado por buscar permanentemente diferentes maneras de aportar al progreso de la ciudad, porque si algo ama en esta vida, además de a su pequeña Julieta y a su esposa, la administradora de empresas Lorena Gutiérrez, es a su natal Barranquilla. “Amo a esta ciudad que me vio crecer y que ahora ve crecer a mi hija, sus calles, su historia, sus esquinas, sus brisas –afirma de corazón–. Aunque me fui a hacer algunos estudios de posgrado en el exterior, siempre tuve claro que debía regresar a darlo todo por Barranquilla”.
Mauricio cree en la fuerza de la juventud y en el valor del emprendimiento. Es un convencido de que una ciudad segura es una ciudad con más y mejores oportunidades para todos, y si alguien sabe de seguridad, es él. Su familia ha estado en el sector de la seguridad privada desde hace muchos años y por eso también su idea de construir una Barranquilla segura y próspera.
El exalcalde local es un visionario que a lo largo de su carrera empresarial ha demostrado una y otra vez su capacidad para soñar y hacer esos sueños realidad. Quienes lo conocen y han trabajado con él pueden dar fe de su capacidad de ejecución, de su nivel de compromiso con las causas que emprende, del joven ‘camellador’ incansable que no se detiene hasta que logra lo que se propone.
Esposo dedicado, padre amoroso, empresario exitoso, Mauricio Villafáñez es uno de esos barranquilleros que deja en alto el nombre de la ciudad, y que nos muestra a diario cómo el éxito se disfruta más cuando haces algo positivo con él, cuando encuentras en ayudar a los demás la manera más maravillosa de ser feliz.
