CINE Y TV

La película de superhéroes más esperada de la historia, Liga de la Justicia, resultó ser un terrible conjunto de escenas vacías y aburridas, que parece que solo le importa complacer a los lectores de comic (y en eso falla también).

Por: Diego Rueda – epicasobreelte.com

Desastrosa producción

Tras el fracaso que fue ‘Batman v Superman: Dawn of Justice’, Warner y DC Comics se pusieron las pilas para remendar el universo cinematográfico de superhéroes que se habían planteado a presentarle a sus audiencias, desde la visión del director Zack Snyder, quién había impuesto la pauta visual para lo que sería toda la franquicia con su interpretación de Superman en la regular ‘Man of Steel’.

Ese objetivo pareció haberse logrado con el espectacular estreno de ‘Wonder Woman’, dirigida por Patty Jenkins y protagonizada por la israelí Gal Gadot. ‘La Mujer Maravilla’ probó que el estudio podía reinventar estos personajes de manera fresca e inteligente, sin necesariamente copiar la fórmula ‘acción-comedia’ de su competidor Marvel Studios. Esto se tradujo en un rotundo éxito crítico y comercial.

‘Liga de la Justicia’, por el contrario, pareció no haber aprendido las lecciones que ‘Wonder Woman’ aplicó para su éxito y terminó siendo una producción desganada, aburrida, de interacciones forzadas y con un aparente “conflicto” que se desenvolvió en un villano flojo y amorfo.

Claro está que el filme fue el resultado de una producción caótica, la cual cambio de visión drásticamente cuando el estudio se dio cuenta que el tratamiento “oscuro” de ‘Batman v Superman’ no era el mejor.

A eso se le añade la tragedia por la cual Snyder, director de la cinta, pasó a principios de este año con el suicidio de su hija, por lo que tuvo que pasar la batuta durante la posproducción a Joss Whedon, director de ‘The Avengers’, quién tiene un estilo muy diferente al de Snyder.

Y encima de todo, Henry Cavill, quién interpreta a Superman, se encontraba comprometido con la producción de otra película que le exigía no afeitarse su prominente bigote. Warner optó por remover el vello facial con animación computarizada, lo cual afectó desfavorablemente a la película.

¿Qué es esta historia?

Si bien queda claro que estas dificultades tuvieron un peso visible en la cinta, los problemas fundamentales de la Liga tienen que ver más con una narrativa que dejo mucho que desear. Una historia que claramente fue construida a retazos y que a lo largo de su primer acto parecía no saber para dónde coger.

El principio de la película está lleno de escena tras escena en las que realmente no pasa nada, no hay conflicto, solo aburridas viñetas sin imaginación que presentan pobremente los personajes a la audiencia.

Eventualmente, la trama adquiere velocidad y los miembros de la liga forman el equipo esperado, pero al mismo tiempo establecen una relación casi intima, para nada justificada. De un momento para otro, estos personajes parecen conocerse de toda la vida, y el peor aspecto de la escritura de Joss Whedon aparece en bromas y chistes fuera de lugar y tono.

El villano, un alíen llamado Steppenwolf, sufre del síndrome de ‘falta de personalidad’ del que estas películas suelen padecer. Sus motivaciones son tan básicas como cripticas, pues su meta es transformar la tierra en un planeta “apocalíptico” y hace referencia a personajes de los comics que una audiencia no lectora desconocería completamente, causando una confusión innecesaria y aburridora.

Al ser un villano tan básico, la trama no ofrece muchas sorpresas. Ni siquiera la reaparición de Superman, quien en la película pasada había muerto y aquí fue traído de nuevo a la pantalla de la manera más floja e infundadamente posible.

Zack Snyder sigue siendo un fenomenal director a la hora de filmar escenas de acción y varias secuencias demuestran que su talento sigue vigente. A lo largo del metraje hubo varias perlas que le hacían olvidar a uno que tipo de película estaba viendo. Desafortunadamente, cuando se trata de superhéroes; historias en las que las relaciones de los personajes es fundamental, la sola acción no es suficiente para ofrecer una experiencia decente.