Liderar con propósito: María Andrea Vargas, la mujer que está inspirando a Colombia desde Natura
Por: Mauricette Romero Paredes
En el mundo corporativo, hay liderazgos que trascienden lo estratégico para convertirse en una fuerza transformadora. María Andrea Vargas lo sabe bien. Desde hace tres años, esta ejecutiva colombiana se convirtió en la primera mujer del país en asumir la gerencia general de Natura & Avon Colombia, un rol que ha sabido llevar con visión, empatía y un firme propósito: empoderar a miles de mujeres a través del emprendimiento, la sostenibilidad y la belleza consciente.
María Andrea Vargas, gerente general de Natura
Hablar con ella es adentrarse en una conversación que va más allá de la gestión empresarial: es encontrarse con una historia de impacto, compromiso social y ambiental, y una apuesta decidida por crear un modelo económico que genere bienestar desde la raíz.
“La venta directa es súper poderosa en Colombia”, afirma con convicción. Y no exagera: según datos del sector, más de un millón y medio de personas se dedican a esta actividad en el país. En ese universo, Natura ocupa un lugar destacado, siendo una de las tres compañías más grandes del rubro. Pero para María Andrea, más allá de los números, lo que realmente importa es el impacto tangible en los hogares.
“Tenemos la capacidad de generar un ingreso adicional que puede ser determinante. Para pagar uno o dos servicios públicos, cubrir transporte, apoyar la educación o incluso convertirse en el sustento principal. Es un negocio tan grande como cada persona quiera hacerlo”, explica. Y resalta la flexibilidad de este modelo, que se adapta a los tiempos y necesidades de cada consultora o consultor. Algunos lo ejercen como complemento, otros como proyecto de vida.
Barranquilla: una ciudad clave para el crecimiento
En este mapa de conexiones humanas y comerciales, Barranquilla ocupa un lugar privilegiado. Hoy, la capital del Atlántico es la segunda ciudad de Colombia con más consultoras Natura, con un total de 14.500 personas que comercializan sus productos y generan ingresos para sus hogares. Esta cifra refleja no solo la fuerza emprendedora de la región, sino el éxito de una estrategia de expansión basada en la cercanía, la sostenibilidad y el reconocimiento de la biodiversidad local.
En Barranquilla, se encuentra Natura en el centro comercial Parque Alegra
“Llegar a Barranquilla ha sido un éxito absoluto”, cuenta María Andrea. “Nos permitió un contacto más cercano con nuestras consumidoras, con nuestras consultoras y con todo lo que representa la biodiversidad del Caribe colombiano.”
Para ella, el territorio no solo representa un mercado importante, sino una fuente de riqueza natural y social invaluable. Y es justamente ahí donde la visión de sostenibilidad cobra sentido.
El Atlántico, biodiversidad y biocomercio ético
Desde hace más de dos décadas, Natura ha desarrollado un modelo de producción sostenible con impacto social: el biocomercio ético. Una práctica que ya está consolidada en Brasil y que ha comenzado a desplegarse con fuerza en Colombia, trabajando directamente con comunidades rurales para la extracción responsable de bioactivos —ingredientes naturales usados en los productos de la marca—.
“La gente no dimensiona lo relevante que es este programa. Trabajar con las comunidades a través del biocomercio ético significa que, cuando extraen esos activos de la biodiversidad, reciben un ingreso sostenible”, explica. Ingresos que permiten alejarse de actividades como la deforestación, la minería ilegal o los cultivos ilícitos. “Así mantenemos la selva en pie”, resume con firmeza. Hasta hoy, la marca ha contribuido a evitar la deforestación de más de 2 millones de hectáreas de bosque.
Actualmente, Natura trabaja con más de 45 bioactivos en sus fórmulas y proyecta seguir aumentando esta cifra. “Queremos que cada vez más de nuestros ingredientes provengan de procesos responsables y justos”, asegura.
Consumo consciente, tecnología y evolución constante
Fiel a su compromiso ambiental, Natura promueve desde hace años el consumo consciente: educar al consumidor para que elija productos con menor impacto ambiental, fomente la recompra mediante repuestos reutilizables, y prefiera fórmulas biodegradables. “El consumo va a seguir, pero podemos hacerlo más responsable”, explica María Andrea. Por eso, también trabajan con alcohol orgánico en sus perfumes, con procesos cada vez más limpios y eficientes, y se enfocan en reducir la huella de carbono en cada etapa del ciclo de vida del producto.
Este enfoque ambiental se complementa con una apuesta fuerte por la innovación tecnológica. Natura está a la vanguardia de las herramientas digitales aplicadas al negocio. Un ejemplo de ello es su catálogo virtual interactivo, que mejora la experiencia de venta, organización y gestión para las consultoras.
Sin embargo, como enfatiza María Andrea, la verdadera fortaleza de Natura sigue siendo el voz a voz: “La gente confía en nuestros productos porque otros los recomiendan. Esa confianza que nace de la experiencia real es nuestro mayor valor en el mercado”, afirma. Para ella, la fidelidad que despierta la marca es el resultado de años de coherencia, escucha y compromiso con las comunidades.
Una mujer que lidera con el corazón y la estrategia
María Andrea Vargas es, sin duda, una líder que representa una nueva generación de ejecutivas: aquellas que combinan propósito con resultados, sensibilidad con estrategia, impacto social con crecimiento corporativo. Pero, sobre todo, es una mujer que se mantiene fiel a lo que cree.
“Con mi trabajo diario sentí que podía contribuir al país a través de la venta directa, con historias transformadoras, y ser ejemplo de impacto ambiental, algo que en las otras empresas en las que trabajé no era tan directo”, comparte con emoción. “Al lograr esa combinación entre querer hacer la diferencia, ser competitiva y conectarme con un propósito más grande, me empecé a dar aún más de mí. Natura me permitió potenciar mi vida.”
Hoy, más que una gerente general, María Andrea es un símbolo del poder transformador del liderazgo con propósito. Y con cada paso, reafirma que la belleza no solo se aplica sobre la piel: también se cultiva en las decisiones, en el impacto y en la forma en la que se toca la vida de otros.