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Publicado 18 septiembre, 2025


La tiara que Lady Di tuvo que devolver vuelve a brillar en la cabeza de Kate Middleton

La princesa de Gales sorprendió durante la cena de Estado con Donald y Melania Trump al lucir la icónica “Lover’s Knot”, pieza que marcó la historia de Lady Diana


En el marco de la visita oficial del expresidente Donald Trump y su esposa Melania al Reino Unido, la atención no solo se centró en los discursos y el protocolo. Los reflectores apuntaron directamente a Kate Middleton, quien apareció en el Castillo de Windsor portando la célebre tiara Lover’s Knot, una de las joyas más emblemáticas de la corona británica y vinculada estrechamente a la memoria de la princesa Diana.

Foto: Instagram

La tiara, también conocida como La tiara de los enamorados, fue creada en 1913 por la casa Garrard para la reina María de Teck. Su diseño, compuesto por arcos de diamantes y perlas colgantes, es una réplica del Cambridge Lover’s Knot de 1818. Décadas más tarde, la reina Isabel II heredó la pieza y la usó en importantes eventos de Estado, consolidándola como un símbolo de elegancia y poder dentro de la familia real.


La tiara alcanzó fama mundial cuando fue prestada por Isabel II a Diana Spencer tras su matrimonio con el príncipe Carlos. Lady Di la convirtió en su favorita y la lució en numerosas ocasiones oficiales, hasta el punto de convertirse en parte de su imagen icónica. Sin embargo, tras su divorcio en la década de 1990, Diana debió devolverla, y la joya permaneció guardada durante más de veinte años.

No fue sino hasta 2015 cuando Isabel II cedió a Kate Middleton la posibilidad de portar nuevamente la Lover’s Knot. Desde entonces, la princesa de Gales la ha lucido en varios eventos diplomáticos y recepciones de Estado, reforzando así la conexión con el legado de su suegra.


Durante la cena en Windsor, Kate combinó la tiara con un vestido marfil y un abrigo de encaje de Philippa Lepley, logrando un estilo sobrio y sofisticado que captó todas las miradas


Más allá de su valor material, la tiara representa continuidad, memoria y fortaleza. Para muchos observadores, cada vez que Kate la lleva, rinde un homenaje implícito a Diana, al tiempo que reafirma su papel como futura reina consorte del Reino Unido.

En esta ocasión, ni los trajes de gala ni la presencia de los Trump lograron eclipsar a la Lover’s Knot, que volvió a brillar recordando la vigencia de un legado real que sigue emocionando al mundo.

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