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Publicado 30 marzo, 2017

La incontinencia de Donald Trump inspira a los dibujantes de todo el planeta

Aunque a los comiqueros les encantan las distopías pocos hubieran osado poner al frente de la Casa Blanca a un personaje tan impredecible como su actual ocupante, Donald Trump, para muchos un «villano de libro», convertido en musa de los mejores dibujantes del planeta.

El Salón del Cómic de Barcelona, que hoy inauguró su 35 edición y que estará abierto hasta el domingo, no se ha quedado al margen de este fenómeno: «Retratando a Donald Trump» recoge en una exposición una amplia selección de las formas en que dibujantes, caricaturistas, ilustradores, humoristas y creadores gráficos en general han «retratado» a ese político de lengua incontrolable.

Desde que Trump se postuló a la presidencia, los discursos incendiarios, sus salidas de tono, los gestos crispados y, por supuesto, la arquitectura capilar de su tupé oxigenado han llenado las portadas de muchas revistas cómicas y publicaciones satíricas, pero también las páginas de humor gráfico de los diarios serios de todo el espectro político: demasiado jugoso para dejarlo escapar.

La muestra recoge dibujos de todo tipo, en tono de sátira, de humor, de ironía, o de denuncia, que basculan, a su vez, entre la incredulidad ante lo que se consideraba imposible -algunos proceden de las semanas de campaña presidencial cuando era sólo candidato- a la perplejidad de lo inesperado, cuando su triunfo, contra todo pronóstico, dejó a los analistas a punto de perder sus trabajos.

Trump aparece retratado de todas las formas posibles, grotesco, crispado, encaramado en un muro de la frontera mexicana con una pistola, fumándose una contaminante chimenea, con un cerebro en forma de inodoro que acaba en su boca, con su mano bajo la falda de una mujer o como una matriuska bajo el que se esconden grandes dictadores de la historia.

Destacan las cabeceras de The New Yorker, Charlie Hebdo, The Washington Post y The New York Times y, por supuesto, las aparecidas en los diarios de su vecino del sur, como las de El Universal de México.

La exposición está comisariada por el dibujante Jaume Capdevila que en la introducción apunta que «retratar a Trump se convierte en un acto contestatario en el que no tan solo interesa el personaje, sino todo aquello que representa» y que este collage «explora las luces y las sombras de nuestro mundo y se pueden entrever, los miedos, los conflictos y las taras de nuestros días».

Vestido de vaquero y con una sirena como nariz, un Trump gigante recibe y despide a los visitantes que se acercan a este muro de lamentaciones dedicado a un político que en algo más de dos meses de presidencia se ha convertido en un filón sin fin para los humoristas gráficos.

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