Liderazgo
Publicado 11 agosto, 2025
Karen Bohórquez Tarud
¡Los sabores más chingones de Colombia!
La empresaria y chef barranquillera forjó con su esposo el restaurante Benito Juárez, un referente de la comida mexicana en Colombia y, desde hace un año, también fuera de nuestras fronteras. Los dos son devotos de la cultura del país azteca
El restaurante Benito Juárez nació de esa energía ensoñadora y audaz que suele ser propia de los enamorados. Cuando Karen Bohórquez Tarud y su esposo, Luis Parejo, eran novios, compartían el gusto por la gastronomía mexicana, hasta el punto de que con mucha frecuencia preparaban ellos mismos en la casa varios de sus deliciosos platillos y un día, cuando tomaron la decisión de establecer un negocio, no les fue difícil llegar a una conclusión: tenía que ser un restaurante y el restaurante tenía que estar especializado en comida mexicana.
Fue un apuesta arriesgada. En ese entonces, noviembre de 2009, sólo había un restaurante que ofrecía esa especialidad en Barranquilla, el cual manejaba unos precios costosos. Allí vieron una oportunidad, que Luis resumió con la chispa de una expresión coloquial: “¡Comida mexicana buena, bonita y barata!”.
Abrieron su sueño en un garaje con tan sólo seis mesas; Karen cocinaba y Luis atendía a los clientes. La estrategia funcionó y, desde entonces, Benito Juárez se ha mantenido fiel a ella: brindarles a todos la posibilidad de disfrutar la exquisita culinaria manita a través de una variada gama de platos preparados con excelente calidad, servidos con una impecable e irresistible presentación y pagados a los precios más asequibles que pueda haber.
Muy pronto, el garaje no dio abasto y el restaurante emprendió el exitoso recorrido que lo llevaría a convertirse, hoy por hoy, y casi 16 años después, en un reconocido referente de la buena mesa, que cuenta con diez sedes en Barranquilla, una en Santa Marta, una en Bogotá y –he aquí la gran novedad del año pasado– la primera fuera de las fronteras nacionales: Benito Juárez Miami.
A la conquista de la Capital del Sol
“Es el nuevo bebé”, dice Karen, refiriéndose a la sede inaugurada en agosto de 2024 en Miami, a la cual estuvo dedicada de tiempo completo durante varios meses, como una madre, hasta lograr que la criatura caminara por sí misma. El restaurante no podía estar mejor ubicado: se halla en una esquina de Wynwood, el vibrante barrio turístico reconocido por su espectacular arte callejero y por su escena cultural y bohemia. En sus primeros meses de funcionamiento, ya se ha ganado el fervor de los colombianos residentes en la Capital del Sol, así como, en general, de todos los latinos (¡incluidos los mexicanos, que le han dado su visto bueno!) y también de los estadounidenses anglosajones.
Un lugar para momentos memorables
Karen es chef graduada en la prestigiosa escuela de cocina Gato Dumas. “Empecé mi carrera después de haber fundado Benito Juárez”, cuenta ella, “y lo que allí aprendí me enriqueció mucho no sólo como cocinera, sino como empresaria”. De ahí, por ejemplo, le viene su perfeccionismo con los cortes de los ingredientes y con el emplatado, así como la capacidad de estandarizar las recetas, que es lo que permite que en cada sede los platos tengan siempre exactamente el mismo sabor que enamora a los comensales.
La enchilada y los platos mixtos son dos las delicias más aclamadas de Benito Juárez, que cuenta con su propio centro de producción de tortillas y salsas, lo que garantiza que su comida se distinga siempre por su absoluta frescura.
El ambiente de Benito Juárez, decorado con motivos icónicos mexicanos, es alegre y festivo. Los clientes lo han adoptado para celebrar allí momentos memorables, como cumpleaños y pedidas de mano. Los viernes, en las sedes de la carrera 53 con calle 80 y de la carrea 42F con la calle 76, hay música de mariachis en vivo.
¡Benito Juárez es muy mex y muy tex!
Karen Bohórquez Tarud explica que el menú que ofrece Benito Juárez es una fusión de las culinarias mexicana y tex-mex, con un toque de innovación propio de ella como chef. Su carta ofrece, por ello, peculiaridades que van del uso de ingedientes como el queso y la presencia de platillos como el taco duro, cuya diferencia radica en que la tortilla de maíz es frita, por lo que queda crocante y en forma de U. “Lo hacemos relleno de carne molida, pollo desmenuzado, carne desmenuzada, lechuga, pico de gallo, ‘sour cream’, guacamole y salsa ranchera”, dice. Señala que, por otra parte, en vez de acompañar el taco al pastor con un pedazo de piña normal, como es tradicional, lo hace con piña caramelizada.
