Oops!... Lo sentimos, este sitio se ha desarrollado para navegadores modernos con el fin de mejorar tu experiencia.

Para que lo puedas disfrutar es necesario actualizar tu navegador o simplemente descargar e instalar uno mejor.

Liderazgo

Publicado 11 abril, 2024

El lenguaje no verbal es el idioma del universo

Por Ilene Daza*


Los gestos faciales, el tono de la voz, el saludo o incluso la cercanía o lejanía que adoptemos hacia una persona pueden comunicar mucho más sobre el otro que las palabras. Por eso es necesario aprender a interpretar el lenguaje corporal de los demás y hacer los ajustes necesarios en nosotros mismos para comunicar y conectar efectivamente.


No es casualidad que existan personas que nos hipnotizan por su carisma, encanto y forma de hablar, y por lo generosas que son cuando se trata de reconocer y valorar al otro. Sin duda, han aprendido a analizar las características propias de cada interlocutor y, desde allí, han establecido una interacción potenciadora y una relación efectiva de comunicación porque utilizan estrategias que marcan una diferencia en su estilo de liderazgo. Entre otros aspectos, tienen la habilidad de identificar la gestualidad de los demás y reconocer su estado interno, es decir, calibrar lo que están pensando y lo que están sintiendo.

La razón es que las palabras no son nuestra única forma de expresión. Los gestos faciales, el tono de la voz, el saludo o incluso la cercanía que tengamos hacia una persona pueden comunicar mucho más sobre el otro. Estos aspectos de la corporalidad tienen un impacto significativo en la credibilidad y la persuasión, y brindan amplia información sobre las emociones; por eso resulta valioso aprender a interpretar el lenguaje no verbal en los demás y hacer los ajustes necesarios en nosotros mismos para comunicar y conectar efectivamente.


Mientras las palabras son una expresión de nuestro conocimiento, sistema de creencias, estructura de pensamiento, y proyectan lo que somos, pensamos y sentimos, el lenguaje no verbal revela que todo comportamiento externo se corresponde con un estado interno. Es lo que se conoce como “anatomía emocional” e impacta en las interacciones con el entorno y el desarrollo de nuestra vida en general.

Podemos mostrar fisiología de apertura o de contención y al ser conscientes de ello, reorganizar nuestra postura para cambiar la emoción, es decir, adaptar las formas de expresión y, en definitiva, desarrollar la práctica de construir un buen lenguaje no verbal que manifieste nuestro estado interno. Se trata de ser capaces de gestionar cómo somos percibidos por los demás para proyectar seguridad, confianza o dominio de un tema. Es una habilidad que nos ayuda a lograr el éxito ante diferentes retos profesionales.


Técnicamente existen cinco disciplinas que abarcan todo lo relativo al lenguaje no verbal:

  • Microexpresiones faciales (gestos del rostro).
  • Kinesis (conjunto de gestos y movimientos corporales, todo lo relativo a manos, postura, etc.).
  • Paralingüística (tono de voz, volumen, velocidad, emoción al hablar).
  • Háptica (saludo de mano).
  • Proxémica (cercanía o distancia con el interlocutor).

Cada una de ellas amerita un abordaje a profundidad; lo importante es tener conciencia de los estados de fisiología:

  • Apertura: nos proyectan como personas conocedoras, tranquilas, empoderadas, optimistas, creíbles y sinceras. Por ejemplo, el contacto visual es signo de atención y respeto. También lo es mostrar una sonrisa auténtica, alzar los brazos o mantener una postura erguida.
  • Contención: nos muestran introvertidos, tímidos, inseguros o débiles. Un caso típico es estar encorvados, con los hombros hacia adentro, los brazos, rodillas y pies cruzados. La mirada o el rostro dirigido hacia abajo.

Al profundizar sobre cada uno de estos universos, podemos ser capaces de distinguir cuando una sonrisa es real o fingida, incluso identificar gestos de orgullo o desprecio. La invitación es a que intentes ejercitarte conscientemente en estos comportamientos de apertura hasta que se vuelvan parte de tu personalidad. Es cuestión de práctica y autoobservación, para que puedas proyectarte como una persona segura y altamente competente en tu área de experticia.

Recuerda: nuestro cuerpo habla y cuenta historias. Nuestras acciones hablan y tienen voz propia. Quizá te sorprenderá saber que el 50% de la comunicación corresponde a la corporalidad.Los gestos, la manera en que nos levantamos, la forma de caminar o sentarse, la inclinación del cuerpo hacia adelante o hacia atrás, todo revela pensamientos y emociones.

Es así como en cualquier contexto, entorno laboral, personal o social es decisivo saber esto. Entender qué significa cada uno de los movimientos de nuestro interlocutor nos permitirá saber si hay conexión con la conversación, con la solicitud que estamos haciendo, con el ‘feedback’ que estamos dando o si debemos hacer ajustes y dirigir el mensaje en otro sentido. 

Captar ese lenguaje nos indicará si vamos por buen camino, si nos estamos haciendo entender, si la otra persona está de acuerdo con lo que proponemos o si se desconcentró, se incomodó, o debemos replantear de nuevo el discurso. 


«Nuestro cuerpo habla y cuenta historias. Nuestras acciones hablan y tienen voz propia. Quizá te sorprenderá saber que el 50% de la comunicación corresponde a la corporalidad».


En general, para aprender a ajustar tu corporalidad, debes:

1. Auto-observarte para revisar cómo está tu estado interno antes de tener una interacción importante. Dejar a un lado el estrés y las preocupaciones porque toda esa predisposición impide conectar. Puedes dedicar unos minutos previos a autorregularte y producir sustancias químicas en tu cerebro como dopamina, serotonina, endorfina y oxitocina que favorezcan el ánimo adecuado. 

2. Proyectar apertura con tus gestos y fisiología.

3. Ajustar tu tono de voz, la emoción al hablar y la velocidad de acuerdo con tus objetivos.

4. Preparar cómo vas a decir las cosas y no solo lo que vas a decir.

5. Trabajar en tu estado interno y en tu inteligencia emocional; es la forma más segura de mejorar las respuestas automáticas no verbales. 

Asimismo, cuando vas a leer lenguaje no verbal en los demás, te recomiendo:

  1. Tener total foco en el aquí y el ahora. Estar concentrado en observar, calibrar por el oído y escuchar.Un error frecuente es desviar la atención ante diferentes distractores o situaciones que pasaron o que están por pasar. Debes estar muy atento y ubicarte en lo que está sucediendo con la persona que tienes al frente. 
  1. Mostrar naturalidad y espontaneidad para que todo fluya de la mejor manera y el otro no se sienta escaneado o invadido. Hay que encontrar información, reaccionar, dirigir y seguir. Ante un gesto de desagrado, por ejemplo, puedes hacer los ajustes necesarios sin presuponer y hacer juicios de valor.
  1. Tener presente que el lenguaje no verbal dice más que mil palabras. 

*ILENE DAZA

Autora de los libros El líder que si transforma y Cómo desarrollar la alta competencia.

Coach, team coach, especialista en growth management, neuroemoción y lenguaje no verbal. Speaker.


Comments

comments

AQUÍ

  • Publicidad

  • Publicidad