El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, no consigue artistas para su investidura pese a su pasado de televisivo y su gusto por convertir todo en un espectáculo.
A menos de un mes para la ceremonia, el equipo de Trump no ha conseguido ningún cantante de renombre y acumula decenas de rechazos de artistas como Andrea Bocelli, Elton John y Céline Dion.
El magnate, habitual durante décadas en los círculos del famoseo, solo ha logrado confirmar la participación de la popular compañía de baile «The Rockettes», del coro mormón «Tabernacle» y de Jackie Evancho, una adolescente que se hizo famosa al quedar segunda en el concurso televisivo «America’s Got Talent».
Su pasado como presentador del programa de telerrealidad «The Apprentice» y de su posterior variación «The Celebrity Apprentice» no parece por el momento estar ayudándole en absoluto.
El paupérrimo cartel, a falta de nuevas incorporaciones, contrasta con el que tuvo Obama en su investidura de 2009, cuando estrellas como Beyoncé, Jay Z, Mariah Carey, Alicia Keys, Mary J. Blige, y Stevie Wonder no solo cantaron en su honor sino que le expresaron su apoyo con entusiasmo.
Dos días antes, además, se organizó un gran concierto frente al Lincoln Memorial en honor de Obama en el que participaron Bruce Springsteen, Mary J. Blige, Jon Bon Jovi, James Taylor, Garth Brooks, John Legend, John Mellencamp, Josh Groban, U2, Usher, Stevie Wonder, Shakira, y Beyoncé.
El contraste entre las investiduras de Obama y Trump recuerda al que hubo entre las convenciones políticas y las campañas de Hillary Clinton y el magnate.
Con Clinton se volcaron estrellas mundiales como Madonna, Kate Perry, Beyoncé y Lady Gaga, mientras que Trump tuvo que recurrir a su familia y a algún famoso de segunda fila como el modelo Antonio Sabàto.
Durante la campaña, y fiel a su estilo desafiante, el magnate criticó a los artistas que apoyaban a Clinton y aseguró no necesitarles.
El mismo mensaje repitió este jueves en su cuenta de Twitter, el medio que utiliza para lanzar sus siempre controvertidos mensajes.
«La llamada lista ‘A’ de personalidades, todos quieren boletos para la investidura, pero mira lo que hicieron por Hillary, nada. Yo quiero a la gente», escribió.
En paralelo, sus asesores se han esforzado en quitar importancia al rechazo de los artistas al asegurar en numerosas entrevistas que la investidura no es un festival de música y que lo importante son Trump y los ciudadanos.
Entre las numerosas celebridades que han rechazado públicamente participar en la investidura, y por tanto ver asociado su nombre con el del explosivo magnate, están Elton John, Céline Dion, Andrea Bocelli, Garth Brooks, Idina Menzel, Ice T, John Legend, The Chainsmokers, Adam Lambert, David Foster y The Dixie Chicks.
Trump se esfuerza en desdeñar esta flagrante realidad, la comidilla de las tertulias televisivas esta semana, pero ha trascendido de fuentes de su entorno que está furioso por no poder conseguir que su investidura sea un espectáculo.
Aunque diga lo contrario, no se resigna a una investidura deslucida y ha pedido al productor de «The Celebrity Apprentice», Mark Burnett, que consiga más famosos. Sin éxito por el momento.
A la falta de artistas se suma la polémica que rodea a quienes sí han accedido a actuar para Trump.
El anuncio el viernes de que el grupo neoyorquino «The Rockettes», toda una institución de la ciudad natal de Trump, actuaría en la investidura suscitó una encendida discusión en las redes sociales sobre si las bailarinas podrán o no rechazar acudir a la gran cita política.
La compañía Madison Square Garden, que lleva el grupo, se vio obligada a aclarar en un comunicado que cada una de las Rockettes se apunta voluntariamente para bailar en el evento que le interese y que «nunca se les dice que tienen que actuar en un evento en particular, incluida la investidura».
Antes de esa declaración, una Rockette publicó en Instagram que estaba «avergonzada y decepcionada» de que hubieran tomado por ella la decisión de actuar en la investidura de Trump, según recogen varios medios.
Además, el famoso coro mormón «Tabernacle» también está recibiendo una lluvia de críticas e incluso una petición con miles de firmas en internet, para que dé marcha atrás en su decisión de cantar en la investidura de Trump.