MODA

Hace 25 años, Silvia Arrázola, una joven emprendedora barranquillera, se hallaba en medio de una disyuntiva: Por un lado tenía una gran afinidad con el mundo de los negocios, estaba interesada en los números, en esa lógica precisa que gobierna su mundo. Pero, por otra parte, también se sentía seducida por el mundo del arte, por esa capacidad que formas y colores poseen de capturar la belleza, de manifestar emociones, formas de pensar y modos de concebir el mundo. El esfuerzo por conciliar esas inquietudes la llevó a encontrar un mismo camino: La industria de la moda. Fue así como se gestó esa semilla de lo que hoy es The Color Wear.
La inquietud creativa de Silvia no se resumía en ideas para diseños o montajes de escaparates, ella deseaba encontrar nuevos mecanismos de producción y procesos más eficientes, que demostraran que alguien en estas latitudes era capaz de empoderarse y crear una industria pensada en la mujer contemporánea, esa que necesitaba seguirse expresándose día a día, bajo un equilibrio entre comodidad, practicidad y estética. Por supuesto, emprender una idea de esta magnitud no era fácil, pero Silvia confiesa que a pesar de los retos que implicaba, las ganas eran tantas que siempre supo que era posible.
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En sus propias palabras, el éxito de The Color Wear se debe a que la marca, desde el proceso de elaboración de la prenda, hasta su elección por parte el consumidor final, es el resultado de una planificación que busca un producto con óptimos estándares: “Desde el inicio hemos sido muy cuidadosos para permitir que la producción sea un proceso ágil, sintonizado con las necesidades y deseos de nuestros clientes. Para ello realizamos una revisión muy detallada de nuestras bases textiles y vigilamos la calidad del producto final, que las hormas y los tallajes se adapten al cuerpo y le brinden seguridad a quien la vista”.

Fue así como Silvia logró imprimir las dos características distintivas que enmarcan la experiencia en The Color Wear: La innovación y la institucionalización. Ella nos explica en qué consisten: “Estamos en permanente investigación, tratando de entender las necesidades y deseos de cada clienta, ampliando y diversificando nuestra oferta. Los inventarios dentro de las tiendas tienen una rotación constante, porque queremos que quienes nos visitan cada semana se sorprendan y emocionen con lo que preparamos para ellos. Sin embargo, nuestras clientas saben que el catálogo de la marca siempre les ofrecerá un mismo estándar: ideas frescas, femeninas, prácticas y acordes a cada dimensión de sus vidas”. Todos estos factores permiten que la experiencia de compra en sus tiendas vaya más allá de los límites convencionales y se transforme en algo realmente interesante.
Y en ese afán de innovar, The Color Wear ofrece a sus clientas, y todas aquellas que aún no lo son su nueva página web. En ella no sólo podrán informarse de las novedades en su stock, además podrán tener acceso a una asesoría permanente en cuestiones de moda y estilismo, para que puedan explotar al máximo el potencial de sus prendas. Por supuesto también estará habilitado un canal de compra que planea ampliar su clientela dentro y fuera del país.

Por eso, mientras tú decides darte la oportunidad de vivir esta experiencia, la mente detrás del color sigue explorando otras formas de innovar, de traducir los deseos del mercado y compartir sus propuestas con nuevos clientes. Así que date prisa, sé parte de esta expansión que va en marcha. Antes de que puedas darte cuenta, The Color Wear ya ha pensado en la prenda perfecta para ti.

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