El grupo indígena Jitnu, concentrado en un menguante territorio en el departamento colombiano de Arauca, en el este del país, perdió más del 70 % de sus tierras en los últimos 20 años, hecho que ha provocado el detrimento de sus tradiciones y prácticas ancestrales, advirtió hoy la Universidad Nacional (UN).
Con la merma de buena parte de los dominios que recorrieron históricamente, los Jitnu abandonaron el estilo de vida nómada y recolector que les caracterizó y adoptaron por una vida sedentaria, que está desdibujando sus atributos culturales, indicó la institución en un comunicado.
«Los Jitnu son conscientes de que agentes externos han hecho uso y propiedad de sus territorios, y en ese sentido ellos no han podido hacer mucho, excepto cazar una que otra vaca en la sabana», abundó la magíster en Medio Ambiente y Desarrollo de la Universidad Nacional de Colombia, Sandra Patricia Berrío.
Berrío agregó que en los peores casos, los miembros de esta tribu están «tomando» pertenencias de las casas de quienes colonizaron sus tierras, lo cual ha aumentado la violencia contra este grupo indígena.
Asimismo, la investigadora lamentó que las nuevas generaciones de los Jitnu están cada vez más alejadas de los mitos y las historias que transmitían los mayores, e incluso están perdiendo prácticas centenarias como la medicina tradicional.
El estudio sostiene además que tras dejar sus hábitos de recolección, los Jitnu no han podido desarrollar un sistema productivo sostenible de modo que su dependencia hacia los subsidios del Gobierno colombiano ha aumentado.
De hecho, en la actualidad la seguridad alimentaria de este grupo no está garantizada y la desnutrición se ha incrementado, en especial entre los niños.
Según los datos ofrecidos por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), el 71 % de 105 menores de edad del grupo sufría esta condición, y de estos más de la mitad padecía desnutrición crónica.
«Actualmente no se observan señales de mejoría», precisó Berrío.
La difícil situación que atraviesa este grupo indígena ha provocado que muchos Jitnu migren a la ciudad de Arauca, donde según la investigación de la Universidad Nacional se les observa en zonas de tolerancia consumiendo drogas y alcohol.
Esta tribu es considerada como uno de los 35 pueblos indígenas con riesgo de exterminio físico y cultural en Colombia y su territorio se reduce a dos resguardos indígenas creados después que en los años 90 el Estado concesionara legalmente buena parte de las tierras en las que habitaban.