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MODA

Publicado 11 abril, 2016

Asunción Fashion Week 2016, ejemplo de inclusión.

La 19 edición de la Asunción Fashion Week, que se cierra este fin de semana, brilla como un ejemplo de inclusión al utilizar modelos con discapacidad en varios de los desfiles del evento de moda mas importante de Paraguay, al romper estereotipos y cánones preestablecidos.

De este modo, los creadores han tenido que adaptar sus diseños a modelos diferentes, como Karen Cano, con síndrome de Down, quien fue el centro de atención antes de comenzar el desfile de la firma Andrea Asta, que tuvo lugar la noche del sábado en el centro de convenciones de la Conmebol, en el Gran Asunción.

Cano, de 30 años y que es miembro de la Fundación Saraki, caminó por segundo año consecutivo por la pasarela del evento, en esta edición envuelta en un vestido negro y dorado que la firma ajustó a su estatura, bastante mas baja que la de las modelos profesionales que desfilaron.

«Yo soy feliz aquí de modelo, soy la más feliz del mundo y quiero estar acá», dijo a Efe Cano emocionada por salir a la pasarela otra temporada más.

Al igual que Karen Cano, en el evento también participaron otros jóvenes que pertenecen a la Fundación Saraki, organización sin ánimo de lucro destinada a «generar oportunidades y recursos necesarios» para la inclusión de personas con discapacidad.

Es el caso de Emilio Schaerer, de 26 años y con discapacidad intelectual, quien desfiló con un conjunto de la firma Martel y reconoció a Efe que no se sentía nervioso ni diferente a los modelos muchos más altos y musculosos que también caminaron sobre la pasarela.

Se trata de la segunda ocasión en que la Asunción Fashion Week (AFW) apoya la presencia de personas con discapacidad como Cano y Schaerer, en el marco del proyecto de inclusión que Saraki patrocina junto a la Agencia estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID).

«Nos preocupaba mucho cómo iba a tomar el público tradicional de la moda en ver personas que no son de la misma estética tradicional de la AFW, pero estoy segura que los más aplaudidos de la temporada pasada fueron los jóvenes con discapacidad», destacó a Efe María José Cabezudo, directora de Saraki.

Cabezudo achacó el éxito del proyecto a una mezcla entre la novedosa presencia de modelos con discapacidad y a su «inteligencia emocional».

Además, y de acuerdo con Cabezudo, el hecho de que los modelos de Saraki no compartan el estereotipo físico del mundo de la moda, hace del proyecto todo un desafío y una llamada de atención a los diseñadores,

«Son cuestiones que no solo hacen que la AFW sea inclusivo, sino que va permitiendo a los diseñadores entender que hay cuerpos diferentes, que hay mujeres diferentes y que hay que diseñar para todos», explicó Cabezudo.

Sin embargo, Gabriela Martínez, de 22 años y con una discapacidad auditiva, apenas llamaba la atención entre el público como el resto de sus compañeros con síndrome de Down.

Y es que, según reconoció Martínez a Efe, cuando desfiló en la edición anterior «la mayoría no se dieron cuenta» de que era una persona con discapacidad auditiva.

«La verdad es que me gustaría que sepan (el público) que yo soy una persona sorda, que tengo mi barrera y me gustaría que me vean como una persona que tengo discapacidad, pero que igual puedo hacer esta labor como cualquier tipo de persona», explicó Martínez.

En cualquier caso, Martínez, cuyo físico sí coincide con los requisitos exigidos por el mundo de la moda, admitió que ser modelo puede ser un futuro profesional para ella.

«Cuando estoy con las modelos, como siempre estoy con la intérprete, ella me dice de qué están hablando y me voy enterando y me voy adentrando en lo que es la AFW», dijo a través de su intérprete de lenguaje de signos Lorena Brites.

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