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EDICION IMPRESA

Publicado 30 diciembre, 2015

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Aunque desde hace unos años su carrera está enfocada en conquistar Hispanoamérica del mismo modo que lo hizo con Colombia, Fanny Lu no ha dejado de estar presente en el panorama nacional. No solo sigue manteniéndose como una de las artistas consentidas de la radio colombiana, sino que ahora también invade con sello propio las pantallas. Su participación en uno de los programas de televisión más exitosos del año, ha permitido compensar la ausencia después de radicarse en México y Miami.

Como si se tratara del cuento de Hansel y Gretel, Fanny Lu viene lanzando piedrecillas que marcan el camino a lo que será su nuevo disco, algo que ella ha denominado un regreso a sus raíces. También nos compartió su visión de la Navidad y cómo enfrenta tantas cosas que se han dicho de su intimidad.

Este año se cumplió una década del lanzamiento de tu primer trabajo discográfico. Cuando miras hacia atrás, ¿qué sensación te invade al ver lo recorrido hasta este punto?

Siento una inmensa alegría, satisfacción y gratitud con Dios. Creo que poder hacer de mi vida lo que soñé desde chiquita es un gran privilegio, y por eso me siento afortunada de hacer parte de un proyecto que les brinda la oportunidad a los niños, de soñar y vivir. 

Durante estos diez años de carrera pública, hemos visto que has explorado diversos ritmos, e inclusive distintas estéticas. Pero ahora con el lanzamiento de “El perfume”, tu último sencillo, sentimos que regresas a tus orígenes. ¿Cómo percibes tú misma la naturaleza de tus trabajos más recientes?

He tenido el privilegio de poder explorar, experimentar y disfrutar la riqueza de otros géneros, y de divertirme en el estudio, convirtiendo cada álbum en una historia diferente. Siento una inmensa gratitud con mi público, que ha disfrutado esas variaciones, en las que siempre ha estado presente mi esencia y mi espíritu.  Eso es mi música. Ahora sentí la necesidad de regresar a esas raíces, de que el acordeón volviera a ser protagonista y de que Colombia esté presente en esta producción. Me estoy dando ese gusto, y en el nuevo álbum habrá gran presencia de ese primer sonido que me dio a conocer.

¿Por qué México se ha convertido en el segundo epicentro de tu carrera?

Eso también ha sido una bendición para mí. México es una gran plataforma, está inundado de artistas y cuando te abren un espacio a nivel musical y te dan la bienvenida es una contribución impresionante a tu crecimiento. El cariño con el que me han recibido ha sido increíble, porque se trata de un público muy exigente, un país de una gran cultura musical. Allí tuvimos más de 60 fechas y, gracias a eso, se me conoce como “la colombiana más mexicana”.  Es una oportunidad que he valorado mucho.

Tanto en México como en Colombia te hemos visto muy apropiada del rol de entrenadora en distintos programas que exaltan nuevos talentos musicales.  ¿Cómo ha sido la experiencia de estar tan involucrada en la aparición de nuevos artistas?

Es algo muy lindo, porque se trata de devolverle a la vida algo de lo que has recibido, la posibilidad de aportar algo de tu experiencia. A mí me hubiera encantado tener la oportunidad de poder preguntar y absorber del conocimiento de artistas profesionales, y esa oportunidad se hace más bonita cuando se trata de niños soñadores. A mí como artista también me inunda de aprendizaje, de conciencia, me recuerda cosas que había olvidado, de la inocencia, de la importancia de meter el corazón sin ningún ego. En esta carrera te haces propenso, con el tiempo, a contaminarte de muchas cosas: de miedos, de afanes de competir, de autocrítica, de ego, y los niños están exentos de todas esas cargas. Estar ahí es un contacto con la propia esencia, y te ayuda a ver lo que has perdido y puedes recuperar.

Hablando de aspectos más personales, tú eres ingeniera industrial, pero siempre has estado involucrada con la música. Hiciste radio, actuaste en telenovelas… ¿En qué punto se concilia todo eso?

Son caminos que Dios utilizó para prepararme para esto. Me dio muchas herramientas el divertirme en el proceso y el conocer gente que hoy hace parte de mi equipo y que cree en mí y me han dado la mano. Yo creo que yo tenía reservado este espacio en la música y llegué aquí tras atravesar un camino que me preparó para todo lo que he tenido que enfrentar.

Y en cuanto a la faceta de la actuación, ¿la volverías a explorar?

No lo sé. Tendría que ser algo muy especial porque te quita mucho tiempo. Es como cuando estás de romance con alguien: no sales con nadie más. Del mismo modo, yo estoy de amores con la música, y quitarle tiempo sería un gran sacrificio para mí porque es mi gran prioridad. La actuación es un arte que exige mucho tiempo, dedicación y formación, y de momento no es algo que me llame la atención.

Siempre te has declarado feminista. ¿Para ti qué significa esa ideología?

Más que feminista, yo me considero defensora de la mujer. No creo que la mujer merezca una pleitesía especial, sencillamente creo que las mujeres en sí mismas deben sentirse valiosas y capaces, llenarse de fortaleza y tener muy claro lo que significa ser mujer. Somos mamás, somos constructoras del futuro al educar a nuestros hijos, y aun así muchas veces nos dejamos maltratar, tenemos miedos y nos sentimos incapaces de enfrentar al mundo. Los mensajes de mis canciones se enfocan en eso, en el fortalecimiento, porque a veces carecemos de esa autoestima, de esa verraquera, de demostrarnos que podemos enfrentar el mundo solas, mucho mejor que al lado de alguien que no saca lo mejor de ti. La cuestión es que hay que creérnoslo para que pueda ser una plena realidad.

Pero a veces nos das mucho “palo” a los hombres. ¿No te parece?

Es más un mecanismo para mostrar la fortaleza femenina. Mis canciones muestran a esa mujer que no se deja, que es capaz. Es más una cuestión de mirar la posición de la mujer que un ataque contra los hombres.

En nuestra portada del mes pasado nos acompañaba José Gaviria, quien fue el productor de tus primeros trabajos, y cuando lo entrevistábamos nos contó un poco de lo que fue su trabajo contigo en la producción de tu primer disco. ¿Quién fue José Gaviria para ti y tu carrera?

Mi gran aliado. Fanny Lu fue una construcción de ambos, porque le dedicamos mucho tiempo a encontrar los sonidos que me identificaban, que transmitían ese mensaje que yo quería darle al mundo, el que reflejaba mi esencia y mi sentir. José me dio la mano y me acompañó en todo ese proceso con todo el compromiso, metido conmigo en el estudio durante horas, ensayando diferentes instrumentos… Fue una persona que creyó en mí de entrada y por eso lo tengo muy presente en mi vida y en mi carrera.

Y a propósito, ¿cómo vives ese cambio de productor al que te has enfrentado?

Con mucho entusiasmo. En la vida uno debe buscar cambios, porque son saludables y bonitos, te llenan de impresiones nuevas, otras oportunidades, otros aires. Estoy trabajando con importantes productores y compositores y eso ha sido un crecimiento enorme y muy provechoso.

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