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CINE Y TV

Publicado 3 marzo, 2018

Daniela Abad habla sobre su documental en el FICCI

Una semana antes de inaugurar el Festival Internacional de Cine de Cartagena (FICCI), la directora Daniela Abad cuenta detalles sobre The Smiling Lombana y sobre su abuelo Tito, protagonista del largometraje.

[Jorge Caraballo]*: ¿Cómo surgió la idea de hacer este documental?

[Daniela Abad]: Hace casi cinco años. Yo vivía en Barcelona y no sabía nada de mi abuelo materno, Tito Lombana, y tenía que hacer un corto de ficción para la universidad. En ese momento me acordé de la primera vez que fuimos a visitarlo y me pareció que ahí podía haber una buena escena para un corto. Llamé a mi mamá y a mi abuela por Skype a preguntarles su historia y, a partir de lo que me contaron, entendí que esa no era una historia de ficción sino que tenía un potencial inmenso para documental. Así empezó la obsesión.

[Jorge]: ¿Y cuándo lo empezaste a hacer?

[Daniela]: En 2015. Ese año vine a Colombia, empecé a hacer Carta a una sombra, y aprendí más o menos cómo funcionaba el mundo documental. En esa misma época salieron unas becas del FDC, y nos ganamos la de escritura para hacer el guión.

[Jorge]: ¿Puedes resumir el proceso de realización de la película?

[Daniela]: Me gané la beca de escritura en 2015 y dediqué todo el primer año a investigar y escribir el proyecto. Esa beca me daba una plata para poder viajar, entonces fui a Italia, entrevisté a un hermano de mi abuela que es escultor, y miré el archivo fílmico, que es muy importante para la película. También aproveché para investigar acá en Colombia, conversé mucho con mi mamá, con mi abuela, con mi tía y encontré a los hermanos de Tito en Cartagena. Después nos presentamos a otra beca del FDC,  esta vez de producción. Nos la ganamos y entonces grabamos durante dos años. Lo último que grabamos fue a finales de 2017. Cuando parábamos de grabar nos sentábamos a editar con Andrés Porras entre una grabación y otra para identificar qué nos hacía falta. El final de todo el proceso fue sentarnos durante dos meses aproximadamente a terminar la película.

[Jorge]: Hablemos sobre Tito y su obra. A finales de los cincuenta y comienzos de los sesenta, era considerado por muchos una de las promesas del arte colombiano. En internet se encuentra una reseña elogiosa de Héctor Rojas Herazo a su trabajo. ¿Sientes que él abandonó por completo el arte o que hay matices que ayuden a comprender mejor ese distanciamiento?

[Daniela]: Le he mostrado su obra a escultores y artistas y en general dicen que sí tenía mucho talento. Pero a él no le pareció tan importante dedicarse a eso. Y creo que eso le pasa también a muchas personas que se desengañan del arte porque es muy jodido, muy difícil, porque uno nunca sabe si está haciendo algo bueno o malo, porque todo el tiempo está dando mucho de sí y acaba agotado. Tito abandonó su figura pública de artista, pero no dejó el arte en su vida íntima, que es lo más importante: él siguió haciendo objetos, transformando espacios.

*Jorge Caraballo es periodista y coordinador de la estrategia de prensa digital de The Smiling Lombana.

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