“Aprende a gestionar tu energía y no tu tiempo”.
Anónimo
Destacada: Tenemos a nuestra disposición toda la energía que queramos. Y así mismo, podemos tomar la que deseemos y luego reflejarla hacia los demás. Para esto debemos cuidar y alimentarla de la manera más adecuada.
Luego de escuchar una conferencia muy interesante y enriquecedora sobre Energía Organizacional, vino a mí el tema de este editorial que quiero compartir hoy contigo y que tiene que ver con lo que tú puedes hacer por tu mundo y a la vez que todo eso se amplifique a los mundos de muchos otros y al planeta entero.
¿Cómo lograr ser multiplicadores de energía para que haya mucha luz en nuestro entorno?
Creo que, aunque es tan fácil como tomarnos un vaso de agua, requiere de un trabajo interno. Solo basta con desearlo, proponérselo y hacer la acción correspondiente para lograr unos resultados óptimos.
Comencemos por ser conscientes de que tenemos a nuestra disposición toda la energía que queramos. Y así mismo podemos tomar la que deseemos y luego reflejarla hacia los demás. Para esto debemos cuidar y alimentarla de la manera más adecuada. ¿De qué se nutre nuestra energía? ¿Cuál es el alimento que le damos?
Yo creo que se nutre de nuestros pensamientos que se materializan a través de nuestras acciones y que finalmente se convierten en nuestra realidad fuera de nosotros.
Por esto hoy mi invitación a ti, que me estás leyendo, es a que observes cómo estás nutriendo tu energía, qué tipo de pensamientos estás produciendo, qué estás creando con tu mente para que sea tu realidad. ¿De qué manera estás utilizando tu energía para potencializarla y ser reflejo de luz para tu entorno?
Hice una lista de mis tips o sugerencias que puedes utilizar diariamente para ser un gran multiplicador de luz en tu mundo exterior. Y son:
Por último, quiero recomendarte un lugar que descubrí y que es mágico para poner en práctica este último punto. Se trata de un pequeño recinto, adecuado y pensado para que los que entren en él puedan tener un momento de introspección y encuentro interno con Dios. Puedes ir 5 o 10 minutos cada día. El resultado es salir con una paz interna única. Se trata del Santísimo ubicado en la iglesia Nuestra señora de las Gracias de Torcoroma, en Barranquilla. La entrada es por fuera de la iglesia, como si fueras a entrar a las oficinas de la parroquia.