El de comida trampa (en inglés, ‘cheat meal’) es un concepto muy controvertido dentro del mundo del fitness, que puede favorecerte si lo aplicas de forma correcta.
La comida trampa es un alimento que utilizamos para romper la dieta, desestresar la mente y darnos un respiro después de varios días de sacrificio. Te presentamos diez mitos sobre este concepto, para que puedas disfrutar tus comidas favoritas sin entorpecer tus objetivos.
La comida trampa genera un aumento de las hormonas tiroideas T3 y T4, relacionadas con la agilidad del metabolismo. Esta aceleración se llama ‘set point’, y nos ayuda a quemar más grasa.
Gracias al aumento de la concentración de leptina, nos mantenemos más saciados, y esto nos ayuda a seguir el resto de la dieta con menor esfuerzo.
Es una comida trampa, no un día trampa. Si llegas con desesperación a este día y te descontrolas, puedes echar a perder todos tus esfuerzos.
Es preferible una comida alta en carbohidratos (aumentan la sensación de saciedad y aceleran el metabolismo), en lugar de grasas. Sin embargo, puedes comer lo que más te guste.
A pesar de que muchas personas toman su comida trampa en el fin de semana, es mejor que lo hagas durante tus días de entrenamiento.
El hecho de que ya no haya más comidas posteriores a la cena, impide que sientas el impulso de seguir tomando ‘cheat meals’.
No es necesario que te mortifiques de hambre el día antes a tu comida trampa. Basta con seguir tu dieta saludable sin cometer errores.
Es recomendable que mantengas siempre una buena hidratación, ya que el agua ayudará a que no tengas ataques de ansiedad en el día de tu comida trampa.
Si deseas mantenerte, puedes merecer esas dos comidas trampa con una alimentación limpia en el resto de la semana. Sin embargo, si buscas perder peso, es válida una sola comida trampa.
Al comer algo delicioso, tu cuerpo entiende que no está muriendo de hambre y mejora tu estado de ánimo, tu libido y tu energía.