La tiara que Lady Di tuvo que devolver vuelve a brillar en la cabeza de Kate Middleton
La princesa de Gales sorprendió durante la cena de Estado con Donald y Melania Trump al lucir la icónica “Lover’s Knot”, pieza que marcó la historia de Lady Diana
En el marco de la visita oficial del expresidente Donald Trump y su esposa Melania al Reino Unido, la atención no solo se centró en los discursos y el protocolo. Los reflectores apuntaron directamente a Kate Middleton, quien apareció en el Castillo de Windsor portando la célebre tiara Lover’s Knot, una de las joyas más emblemáticas de la corona británica y vinculada estrechamente a la memoria de la princesa Diana.
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La tiara, también conocida como La tiara de los enamorados, fue creada en 1913 por la casa Garrard para la reina María de Teck. Su diseño, compuesto por arcos de diamantes y perlas colgantes, es una réplica del Cambridge Lover’s Knot de 1818. Décadas más tarde, la reina Isabel II heredó la pieza y la usó en importantes eventos de Estado, consolidándola como un símbolo de elegancia y poder dentro de la familia real.
La tiara alcanzó fama mundial cuando fue prestada por Isabel II a Diana Spencer tras su matrimonio con el príncipe Carlos. Lady Di la convirtió en su favorita y la lució en numerosas ocasiones oficiales, hasta el punto de convertirse en parte de su imagen icónica. Sin embargo, tras su divorcio en la década de 1990, Diana debió devolverla, y la joya permaneció guardada durante más de veinte años.
No fue sino hasta 2015 cuando Isabel II cedió a Kate Middleton la posibilidad de portar nuevamente la Lover’s Knot. Desde entonces, la princesa de Gales la ha lucido en varios eventos diplomáticos y recepciones de Estado, reforzando así la conexión con el legado de su suegra.
Durante la cena en Windsor, Kate combinó la tiara con un vestido marfil y un abrigo de encaje de Philippa Lepley, logrando un estilo sobrio y sofisticado que captó todas las miradas
Más allá de su valor material, la tiara representa continuidad, memoria y fortaleza. Para muchos observadores, cada vez que Kate la lleva, rinde un homenaje implícito a Diana, al tiempo que reafirma su papel como futura reina consorte del Reino Unido.
En esta ocasión, ni los trajes de gala ni la presencia de los Trump lograron eclipsar a la Lover’s Knot, que volvió a brillar recordando la vigencia de un legado real que sigue emocionando al mundo.