Por: Mónica Mendoza
Es un caballero en todo el sentido de la palabra, con un sentido del humor muy fino. Apenas se enciende una cámara, se transforma en su personaje. Él y su grupo de amigos pusieron de moda a los genios de la serie “The Big Bang Theory” y desde hace ya 8 años los niveles de audiencia se han mantenido en los primeros lugares.
En Miami habló con nosotros sobre Sheldon Cooper, la fama y The Big Bang Theory.
¿Eres consciente de que a donde vayas la gente te gritará “Bazinga!” (la palabra preferida de su personaje Sheldon Cooper)?
(Risas.) Sí lo soy, y creo que soy lo suficientemente afortunado de encontrarme con mucha gente que le gusta ver “Big Bang” y son cálidos conmigo. Me hace muy feliz encontrarme con ellos.
“The Big Bang Theory” cambió tu vida…
Por supuesto, sin dudarlo. Fue una experiencia extraña, ya que es duro acostumbrarse a la idea de que la gente sabe quién eres y tú no tienes idea de quiénes son ellos. Al principio, cuando la serie comenzó, varias personas me empezaba a hablar en la calle y yo les respondía mientras trataba de recordar de dónde los conocía, hasta que caía en cuenta de que no los había visto nunca antes en mi vida, lo cual era un alivio. Ahora he mejorado. En esos momentos estaba en mis 30 y vivía mi vida de cierta forma; tuvo que cambiar mucho debido a esto.
¿Qué es lo negativo de la fama?
La fama es una experiencia casi por completo positiva y lo que no es positivo de ella solamente es diferente.
¿Qué es lo más difícil de interpretar a Dios?
Aprender a pronunciar correctamente las cosas, no se puede cometer ningún error. Yo crecí en un hogar muy religioso, no puedo jugar con algo tan sagrado. Lo segundo creo que será entender bien lo que está queriendo transmitir mi personaje en cada parte de la puesta en escena.