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Publicado 17 septiembre, 2016

Luces, champaña y acción: la escena perfecta en amor y amistad

Por Mauricio Rodríguez Arévalo www.m21.com.co

Vivimos en un mundo tan lleno de prisas y obligaciones por cumplir que tenemos poco espacio para asegurar que las cosas estén arregladas y decoradas como nos gustan en el momento de festejar con amigos, o, con más razón, si la situación es más íntima y lo que buscamos es tener una noche de celebración para dos. Pero hay momentos y fechas que no pueden pasar desapercibidas y de las que definitivamente debemos ocuparnos. Para ello, este breve y fácil recorrido por una velada perfecta y fácilmente decorada para el Día del Amor y la Amistad.

Escena 1 – En la cena

El punto de partida es crear una mesa realmente para dos, no importa si el lugar no es el comedor principal. La mesa perfecta sería redonda tipo café con un mantel que caiga hasta el suelo, blanco, y sobre el que se pueda poner un camino de mesa si cuenta con él. Olvídese de las servilletas de papel y sustitúyalas por las de hilo. Cubiertos en plata, si tiene algunos heredados, son ideales para este momento. Copas de buena calidad tanto para agua como para el vino o la champaña. Use la mejor vajilla que tenga, ponga reposaplatos y el set requerido para la cena que tenga en mente servir. Asegúrese de que el centro de mesa sea algo muy sutil y bajo, tipo flores cortas, para permitir la conversación; puede regar algunos pétalos de estas mismas flores sobre la mesa si lo desea, esto creará ese ambiente primaveral que llama a lo romántico. Un velón corto o una vela larga en candelabro y, finalmente, música acorde y suave serán el preámbulo para empezar una linda velada para dos.

Escena 2 – En el baño

Nada mejor que un baño de espuma para dos acompañado de una buena bebida. La iluminación es crítica en este ambiente y no hay otra opción más acorde que velas de diferentes tamaños. Puedes ponerlas conjuntas en una esquina de la tina y otras sobre el mesón junto al espejo. Algunos aceites y pétalos flotando sobre el agua tibia ayudarán a que el espacio se vea preparado para la intimidad. Recuerda guardar todos aquellos objetos que hacen parte del día a día de manera que eviten pensamientos cotidianos. Al fondo y muy lejano, la música sigue sonando y las toallas y batas mullidas y perfumadas están preparadas para el momento de pasar al set final.

Escena 3 – En la habitación

No se necesita exagerar, justamente es lo sutil y sencillo lo que hace el ambiente especial, así que de entrada olvídese de llenar hasta el último rincón de velas y pétalos de rosa. Parta por tener todo el ambiente organizado, limpio. Enfóquese en tener sabanas lavadas y suaves, siempre a su gusto; hay quienes las prefieren de seda y rojas; yo, particularmente, me quedo con una blancas de un buen algodón. Las almohadas suaves y mullidas, ojalá de plumas y ligeramente aromatizadas. Un par de pétalos y, si es necesario, una flor que sea aquella que más le guste a usted o a su pareja; esto, junto con un par de velas lejos de la cama, es más que suficiente. Lo que se busca es ambientar el espacio y generar sensación de penumbra. Si no es amigo de las velas en la habitación puede usar lucecitas de Navidad de luz cálida. Aromatice con alguna esencia suave y fresca, no se valen lociones ni perfumes. Si es usted de aquellos que gusta del juego comestible, puede invertir en unos buenos chocolates, cerezas, crema o fresas, y no olvide por nada la champaña y un par de copas de cristal. Por último, asegúrese de mantener el playlist con la música suave y adecuada, programada por horas, de manera que cierre la velada perfecta.

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