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DE LA DIRECTORA

Publicado 11 abril, 2016

Equilibrio y Balance perfectos.

“Siempre se ha creído que existe algo que se llama destino, pero siempre se ha creído también que hay una cosa que se llama albedrío. Lo que califica al hombre es el equilibrio de esta contradicción”.

Gilbert Keith Chesterton

 

Destacada: Si empezamos desde este instante a trabajar en mantenernos receptivos y flexibles y, al mismo tiempo, firmes en nuestro objetivo, podemos llegar al punto ideal donde nos sintamos plenos y capaces de superar lo que llegue para nuestro desarrollo espiritual.

                  

Luego de terminar mi meditación de este día, llegó a mí la idea de escribir sobre lo que significa el escuchar y esperar a que todo se dé desde la Sabiduría Divina.

Pienso que, para lograr que lo que deseamos llegue y perdure, debemos ser receptivos y pacientes, porque no hay otra forma de materializarlo. A veces la ligereza y la ansiedad con que deseamos las cosas no nos permiten estar ahí.

Hoy mi invitación a ti, que me lees, es que revises qué tan receptivo y paciente estás siendo para vivir y disfrutar cada instante de tu vida.

¿Qué tan atento y abierto estás para escuchar el mensaje que diariamente el universo te trae? ¿Qué tanto dispones tu mente, tu cuerpo y tu corazón para recibir lo que Dios tiene para ti? ¿Qué tan receptivo estás para comprender que no se dará en tus tiempos sino en los del Padre?

¿Cómo encontrar el balance y equilibrio perfectos? Creo que la clave está en sintonizarnos con el Universo, para lograr armonizarnos con lo que nos corresponde y recorrer nuestro camino sin tanto dolor y caos.

Como también mantener un equilibrio entre la parte del niño y del adulto que deben tener su balance perfecto y que se logra quedándonos con la parte que nos conviene y soltando la que nos atranca. Seamos como los niños, auténticos, y a la vez no hagamos las rabietas que nos dejan estancados.

No es fácil, pero creo que si empezamos desde este instante a trabajar en mantenernos receptivos y flexibles y, al mismo tiempo, firmes en nuestro objetivo, podemos llegar al punto ideal donde nos sintamos plenos y capaces de superar lo que llegue para nuestro desarrollo espiritual.

Finalmente, un mensaje que me llegó acerca de lo que debemos trabajar en este nuevo año, y que comparto contigo. Trata acerca del 2016 como un año donde debemos trabajar la sutileza. Por eso mi sugerencia es que seamos sutiles en nuestra forma de relacionarnos con los que nos rodean. Mantengamos un equilibrio entre ser suaves y delicados, y a la vez claros y firmes.

Desde ya decreto: “Yo soy libre en la medida en que acepto y comprendo que cada experiencia tiene un propósito mayor y mejor para mí”. ¿Cuál es tu decreto?

 

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